LA IMPORTANCIA DE DORMIR BIEN
El ritmo de vida que se lleva hoy en día provoca que muchas personas acaben padeciendo trastornos del sueño. A veces no se le da la suficiente importancia a dormir poco o mal, pero si este hecho aislado se convierte en un hábito, y ni se duerme ni se descansa lo suficiente, la salud se resiente. Juan Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica mejor cómo afecta el descanso a la persona.
Dormir bien y la salud
Dormir bien o mal es tan importante como llevar una buena alimentación. Tanto a nivel físico como psicológico, un mal descanso tiene consecuencias negativas sobre el cuerpo y el cerebro, además de que favorece el desarrollo de enfermedades.
A nivel físico, “un descanso nocturno inadecuado provoca cansancio, somnolencia, disminución de atención y concentración, lentitud de pensamiento, e irritabilidad”, explica Pareja. A nivel psicológico, “la derivación crónica de sueño suele favorecer el desarrollo de enfermedades como depresión y ansiedad”, añade.
Una de las causas más frecuentes de la fragmentación del descanso nocturno, es la apnea del sueño, “un factor de riesgo importante de sufrir hipertensión arterial, infarto de miocardioy enfermedades cerebrovasculares”, afirma el responsable de la Unidad del Sueño.
La calidad del sueño
“Un sueño de calidad es un sueño continuo, sin despertares y sin fragmentación a lo largo de la noche”, comenta Pareja; es importante asumir que la cama es únicamente para dormir, evitando realizar actividades de vigilia como ver la televisión o comer. Así, se establece una rutina del sueño que incluya hábitos que favorezcan la conciliación y el mantenimiento del sueño.
Si se tienen dificultades para dormir, es recomendable salir de la cama y volver a los 15-20 minutos, “la razón de esta recomendación es que si se permanece en la cama despierto, no solo se incrementan la frustración y el nerviosismo, sino que el cerebro aprende que en la cama se puede estar despierto y por tanto se amplifica el insomnio” declara Pareja.
La siesta
A pesar de la mala fama que se ha generado alrededor de la siesta, puede ayudar compensar el déficit de sueño, ya que es un hábito que “coincidente con los dos periodos naturales de propensión al sueño en los seres humanos: uno prolongado por la noche y otro breve por la tarde. Por tanto los españoles son los seres humanos que mejor han leído la conformación natural de los periodos sueño-vigilia. Los que critican la siesta demuestran que desconocen la fisiología humana”, aclara el experto.
Dormir bien y la salud
Dormir bien o mal es tan importante como llevar una buena alimentación. Tanto a nivel físico como psicológico, un mal descanso tiene consecuencias negativas sobre el cuerpo y el cerebro, además de que favorece el desarrollo de enfermedades.
A nivel físico, “un descanso nocturno inadecuado provoca cansancio, somnolencia, disminución de atención y concentración, lentitud de pensamiento, e irritabilidad”, explica Pareja. A nivel psicológico, “la derivación crónica de sueño suele favorecer el desarrollo de enfermedades como depresión y ansiedad”, añade.
Una de las causas más frecuentes de la fragmentación del descanso nocturno, es la apnea del sueño, “un factor de riesgo importante de sufrir hipertensión arterial, infarto de miocardioy enfermedades cerebrovasculares”, afirma el responsable de la Unidad del Sueño.
La calidad del sueño
“Un sueño de calidad es un sueño continuo, sin despertares y sin fragmentación a lo largo de la noche”, comenta Pareja; es importante asumir que la cama es únicamente para dormir, evitando realizar actividades de vigilia como ver la televisión o comer. Así, se establece una rutina del sueño que incluya hábitos que favorezcan la conciliación y el mantenimiento del sueño.
Si se tienen dificultades para dormir, es recomendable salir de la cama y volver a los 15-20 minutos, “la razón de esta recomendación es que si se permanece en la cama despierto, no solo se incrementan la frustración y el nerviosismo, sino que el cerebro aprende que en la cama se puede estar despierto y por tanto se amplifica el insomnio” declara Pareja.
La siesta
A pesar de la mala fama que se ha generado alrededor de la siesta, puede ayudar compensar el déficit de sueño, ya que es un hábito que “coincidente con los dos periodos naturales de propensión al sueño en los seres humanos: uno prolongado por la noche y otro breve por la tarde. Por tanto los españoles son los seres humanos que mejor han leído la conformación natural de los periodos sueño-vigilia. Los que critican la siesta demuestran que desconocen la fisiología humana”, aclara el experto.
Los 6 beneficios del sueño
Incrementa la creatividad
Cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas está equilibrada, la memoria funciona a la perfección. Eso hace que la imaginación sea más potente y nosotros, más creativos.
Ayuda a perder peso
La falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito. El insomnio provoca, además, que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad.
Te hace estar más sano
Nuestro sistema inmunitario emplea el tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra contra las toxinas y los gémenes que de forma continua nos amenazan. Con un sistema inmunitario débil tenemos muchas menos posibilidades de superar con éxito las infecciones.
Mejora la memoria
Dormir fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. En la Universiad de Hafi (Israel) lo han corroborado con los resultados de un estudio que afirma que una siesta de 90 minutos a media tarde ayuda a fijar los recuerdos y la destreza.
Protege el corazón
Un reciente estudio publicado en el European Heart Journal afirma que los insomnes tienen tres veces más posibilidades de sufrir una insuficiencia cardíaca que los que duermen a pierna suelta. El insomnio aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés, lo que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Otros estudios también ligan el insomnio a tener el colesterol más alto.
Reduce la depresión
Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a ser mas felices y emocionalmente mas fuertes. La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés.
Cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas está equilibrada, la memoria funciona a la perfección. Eso hace que la imaginación sea más potente y nosotros, más creativos.
Ayuda a perder peso
La falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito. El insomnio provoca, además, que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad.
Te hace estar más sano
Nuestro sistema inmunitario emplea el tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra contra las toxinas y los gémenes que de forma continua nos amenazan. Con un sistema inmunitario débil tenemos muchas menos posibilidades de superar con éxito las infecciones.
Mejora la memoria
Dormir fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. En la Universiad de Hafi (Israel) lo han corroborado con los resultados de un estudio que afirma que una siesta de 90 minutos a media tarde ayuda a fijar los recuerdos y la destreza.
Protege el corazón
Un reciente estudio publicado en el European Heart Journal afirma que los insomnes tienen tres veces más posibilidades de sufrir una insuficiencia cardíaca que los que duermen a pierna suelta. El insomnio aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés, lo que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Otros estudios también ligan el insomnio a tener el colesterol más alto.
Reduce la depresión
Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a ser mas felices y emocionalmente mas fuertes. La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés.