Con la bajada de las temperaturas, la disminución de las horas de luz solar y el aumento de actividad tras las vacaciones, el organismo suele experimentar ciertas alteraciones. Las dificultades del cuerpo para adaptarse a estos cambios dan lugar a la llamada astenia otoñal.
Cuando disminuyen las horas de luz solar nuestro organismo genera más melatonina, hace que descienda la serotonina y, en consecuencia, se produce un desequilibrio interno que afecta a nuestras emociones. Las mujeres entre 25 y 50 años son las más propensas a los efectos del cambio estacional, pero la astenia puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. Los síntomas Pueden ser muy variados, desde el cansancio y la apatía, a la sensación de decaimiento y desmotivación, somnolencia, falta de apetito, irritabilidad, dificultad para concentrarse o incluso disminución del deseo sexual. No se trata de una enfermedad y afortunadamente todos estos síntomas duran poco y desaparecen cuando el organismo se adapta a los cambios estacionales.
Claves para superarla Una serie de buenos hábitos, que son recomendables durante todo el año, harán que el cuerpo se acople con mayor facilidad al otoño. – Seguir una alimentación sana y variada rica en vitaminas, frutas, verduras, legumbres, proteínas y baja en grasas. – Mantener horarios regulares de comidas y comer cinco veces al día. Evitar las comidas excesivamente abundantes. – Incorporar a la dieta alimentos que estimulen la producción de serotonina como los frutos secos, los derivados lácteos, los huevos, los pescados y la carne blanca. – Además de una dieta rica en vitaminas y minerales, durante estos días de «bajón» se pueden necesitar complementos enriquecidos con vitaminas y aminoácidos o revitalizantes como la jalea real o el ginseng. – Beber suficiente agua; en otoño también es importante mantener el organismo hidratado. – Para reducir la irritabilidad, merece la pena disminuir las dosis de cafeína, de alcohol o tabaco. – Practicar algo de ejercicio a diario ayudará a generar endorfinas, combatir el bajón y a dormir mejor. – Intentar descansar unas ocho horas; conviene realizar un reajuste del reloj interno. Tan fácil como acostarse todos los días a la misma hora y pronto, para aprovechar las horas de luz diurna. – Vencer la monotonía, reservarse unos minutos al día para alguna actividad que estimule e ilusione.